
El Centro Cultural CaixaForum Sevilla acoge la exposición “Objetos de deseo. Surrealismo y diseño, 1924-2020”. La muestra, coorganizada por la Fundación la Caixa y el Vitra Design Museum alemán, presenta a través de 286 objetos y obras de arte la intensa relación entre este movimiento artístico y el diseño durante el último siglo, que podemos disfrutar hasta el 22 de agosto.21.
“Objetos de deseo. Surrealismo y diseño, 1924-2020” es una exposición que ofrece un diálogo entre Arte y Diseño por un recorrido multidisciplinar a través de la pintura, la escultura, el dibujo, objetos de la vida cotidiana, carteles, revistas, libros, fotografías, películas, mobiliario, y piezas de interiorismo.
Una selección de obras que muestran por un lado la difusa línea que separa ambas disciplinas y, por otro, lo que ha calado el surrealismo en diferentes áreas de la vida, tomándose incluso como un concepto de nuestra lengua cargado de significado. ¿Quién no ha empleado alguna vez el término surrealista? Pero, ¿Cómo se define?
La RAE lo define como «movimiento artístico y literario que intenta sobrepasar lo real impulsando lo irracional y onírico mediante la expresión automática del pensamiento o del subconsciente». Y para hablar de los inicios del surrealismo debemos poner el foco en André Breton y en su Manifiesto del Surrealismo (1924). Un movimiento intelectual y político cuyos miembros provenían de diferentes orígenes y disciplinas.
La exposición “Objetos de deseo. Surrealismo y diseño, 1924-2020” se divide en cuatro ámbitos temáticos.
El primero, que lleva por título “Sueños de modernidad” se centra en explorar el surrealismo desde la década de los años veinte hasta la década de los cincuenta. Podemos encontrar, entre otras: la pieza “Gift, 1921”, el ready-made de Man Ray, la silla con formas orgánicas de la Casa Calvet creada por Antoni Gaudí y una sección dedicada al proyecto que realizó Le Corbusier al coleccionista Carlos de Beistegui y el lado más artístico del arquitecto con una de sus pinturas, “Taureau, VIII- 1954” y la escultura “Ozon II, 1964”.
La sala contigua se centra en el “Surrealismo en Estados Unidos” cuando muchos artistas del surrealismo se ven obligados a inmigrar a causa de la guerra, llegando a inspirar a otros diseñadores. Encontramos, entre otras, “Mesa de ajedrez, 1944”, la pieza de diseño de Ray Eames; la “Radio enfermera, 1937”, de Isamu Noguchi; el “Jarrón-odre, 1965”, de Jean Arp y “Un perro andaluz”, la primera película de Luis Buñuel y Salvador Dalí.
El segundo ambiente titulado “Imagen y arquetipo” explora la manera en que los surrealistas analizan los arquetipos de los objetos cotidianos, reflexionando sobre el significado establecido de las cosas con la intención de instaurar la confusión o el azar. Entre las piezas encontramos la silla “MAgriTTA, 1970”, de Roberto Matta, un homenaje a Magritte; “Hand Chair, 1965”, en madera de Pedro Friedeberg o la mesa “Tour, 1993”, de la arquitecta Gae Aulenti, haciendo alusión a “Mesa Rueda de bicicleta, 1913” de Marcel Duchamp.
El tercer ambiente denominado “Surrealismo y erotismo”, reúne una selección de objetos cotidianos y mobiliario, con la etiqueta surrealista, que presentan una intensa carga erótica. “Busto de mujer retrospectivo, 1976-1977”, de Salvador Dalí; “Mesa Traccia, 1939”, de Meret Oppenheim; la tetera con forma de cráneo de cerdo de la diseñadora Wieki Somers; “La Mamma 1969”, pieza de Gaetano Pesce; o “Marilyn/Bocca, 1970 de Studio65.
En esta sala de intensos colores también encontramos un apartado dedicado a las mujeres artistas del surrealismo y que realizaban una crítica a la opresión de la mujer y a los estereotipos de género. Encontramos, entre otras, las fotografías de Lee Miller y de Dora Maar, los autorretratos andróginos de Claude Cahun o el “Brazalete de pelo, 1935”, de Meret Oppenheim y el “Cepillo de pelo, 1999”, de Bless.
La exposición se cierra con el ámbito, denominado “El pensamiento salvaje”, que muestra la inspiración en el arte africano y de Oceanía, donde encontramos, entre otras: “Cabaña (estantería), 2003”, de Fernando y Humberto Campana; “Conjunto nº.7 de la colección Syntopia (2018)” de Iris van Herpen; la fotografía la cabeza de una modelo junto a una máscara africana, 1926” de Man Ray; o el vídeo de “Hidden Place, 2010” de la cantante que incorpora motivos pictóricos surrealistas.
“Objetos de deseo. Surrealismo y diseño, 1924-2020” ha pasado anteriormente por el Caixa Fórum Madrid y hay que reconocerles el mérito en estos tiempos donde mover tal cantidad de obras desde diferentes puntos supone un gran esfuerzo.
El contenido es tan diverso y el ámbito que abarca la exposición es tan amplio que, aunque la experiencia que proporciona al usuario aporta un conocimiento extraordinario para todos los amantes del arte y el diseño, la disposición en un espacio tan concentrado impide absorberlo de manera correcta.
Es difícil no detenerse en cada una de las más de 200 piezas que componen la exposición. Sin embargo, si hay algo que se desprende de la muestra es que la obra de Salvador Dalí lo impregna todo. A pesar de que fue expulsado del movimiento está presente en todo el recorrido como marca, como personaje y como gran artista.
Diseño y surrealismo se retroalimentan, constatando al surrealismo como inspiración en cada disciplina a la hora de interpretar el mundo desde una mirada reflexiva.
Para más información puedes visitar la web de CaixaForum
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