
La tercera temporada ha llegado con algunos cambios en la imagen gráfica de Expressan. El trabajo profesional desarrollado durante varios meses se ha visto reflejado en el nuevo logo implantado en la web y las redes sociales. Entre las colaboraciones establecidas cabe presentar al diseñador gráfico Jesús Herrera, que abre así la sección de Post Invitado.
A Jesús lo conocí a través del Post sobre Diseño Social, un proyecto de intervención en el Hospital Infantil Virgen de Rocío. Ahora, terminada su formación en EESS Diseño Gráfico en la Escuela de Arte comienza su andadura profesional, con muchas inquietudes y una gran dosis de creatividad.
Este es un Post de invitado del diseñador gráfico Jesús Herrera, en el que nos hablará sobre la creatividad y el proceso creativo empleado para el logo de Expressan.

Hoy día existe una línea casi imperceptible que separa los conceptos Diseño y Arte. Ambos conceptos son tan elevados y ambiguos que resulta de una complejidad mastodóntica el definir y encerrar cada uno en un cajón, tanto es así, que no pocos han visto frustradas sus ansias en el intento de atrapar ambas palabras en una definición esculpida en piedra que les haga dormir tranquilos. Otros, sin embargo, consideran esa línea sutil que los separa más bien como un muro infranqueable, condenando cualquier intento de transgresión. Yo, por el contrario, prefiero transformar esa línea en un fino y delicado hilo con el que envolver ambos conceptos, a fin de fomentar un diálogo constante entre ellos que resalte sus semejanzas y la capacidad humana que las motiva y las hace especiales: La creatividad.
Como diseñador gráfico, he sentido gran interés por la creatividad desde mis inicios académicos, ya que es una cualidad que el diseñador posee en mayor o menor medida y que puede utilizar como herramienta diferenciadora de su trabajo y obra.
Pero entonces, ¿Cómo se consigue ser creativo? ¿Se puede entrenar o es una cualidad innata?
Bien, dejemos claro que es una cualidad con la que todos nacemos pero que desarrollamos de distinta forma determinada por nuestra condición personal y por nuestro ámbito social, cultural y educativo, explicando así que algunas personas sean consideradas más “imaginativas” o “creativas” que otras.
Habría que descartar también la idea medieval de que la creatividad viene dada por un poder divino y por la llamada “inspiración de las musas”. Únicamente se consigue con esfuerzo, trabajo y constancia, utilizando correctamente procesos y metodologías creativas que nos lleven a una solución novedosa al problema dado, de cualquier índole. Y este fue el caso para la creación y construcción del icono de Expressan.
Un proceso intelectual que comienza con un “lait motiv”, una palabra o sintagma que sea el núcleo del proceso sobre el que orbiten todas y cada una de las ideas subyacentes que nazcan del mismo: Síntesis viva.
“Síntesis viva” habla de la esencia que se mueve en la escultura, el extracto vivo de un diseño, el espíritu orgánico de un edificio y el aura que palpita de la obra.
Este concepto surge de la idea de extraer de forma sintética y lo más condensada posible la idea la “llama” viva del arte, la interacción con el observador y su entorno e infinitas formas de expresión.

Un concepto que surge de la reflexión sobre el diseño y el arte. De las formas de expresión. En definitiva de la esencia y finalidad por la cual nace Expressan. A partir de ese momento, comenzarán a surgir distintos bocetos y palabras que fueran determinando la forma final que tendría el icono que se pretendía obtener. Palabras como trascendencia, catarsis, dinamismo, auto-expresividad, yo interior o experiencia estética fueron algunas que me guiaron en la resolución de las formas. Finalmente y, después de multitud de ideas, se propone la síntesis y abstracción de los nueve caracteres de la palabra Expressan en nueve guiones o formas cuadrangulares para alinearlos en tres líneas de tres, una racionalización característica del diseño gráfico. Además se les voltea dotándole de dinamismo y energía, esto genera una mancha muy orgánica y expresiva que recuerda a la visión de un microscopio y del movimiento que realizan los microorganismos como metáfora de esa inquietud expresiva que existe en el arte.

Con el siguiente texto se pretende realizar una introspectiva de la forma mediante la metáfora.
La abstracción encontró un lugar en las formas simples que se movían alrededor del espacio. Eran planas y contenían únicamente líneas rectas productos de su racionalidad. Tenían cuatro cambios de dirección o esquinas que encerraban la forma conteniendo un líquido gelatinoso que se movía inquieto.
Había más de una. Ordenadas y manteniendo un espacio entre ellas. Con los ojos cerrados. Sin verse. No hablaban, pero pensaban sin parar en las posibilidades de imitar el movimiento de aquel líquido gelatinoso de su interior y en las consecuencias que esto produciría.
Eran blancas y negras. No conocían más color que el de la luz y la ausencia de la misma. Todo estaba en calma y en paz, pero el líquido gelatinoso no cesaba en su movimiento constante. No paraba.
Una de ellas, cansada de su quietud, decidió destensar sus límites y acompañar el movimiento de aquel líquido gelatinoso, con tal energía que el dinamismo se apoderó de su forma para voltearse sobre sí misma en un intento de ver más allá.
El dinamismo encontró su lugar en ese movimiento rebelde y expresivo que la hacía única y auto pensante.
El conjunto se saltó las normas, pronto empezaron a manifestarse multitud de espontáneos movimientos sobre sí mismas, llegando incluso a salir de sus propios ejes.
Finalmente, y cansadas de su limitado espectro, empezaron a mutar. Aterraron sus formas retorciéndose para crear la curva, la amabilidad y la serenidad.
Y el color encontró así su lugar en su tintada piel magenta brillante.
Y era tal el poder que poseían que se veían capaces de todo. Eran seres casi divinos. Inmortales. Eternos.
Para terminar este Post Invitado, resaltar como diseñador gráfico, el valor y la importancia del Diseño, ese diseño que se desarrolla tras un trabajo intelectual y con conocimientos técnicos, porque el diseñar es más que ser creativo. Pero también es imprescindible poseer esa energía invisible llamada creatividad, sin ella, el Diseño, al igual que el Arte, no llegarían a su nivel más alto y en él, poder transformar nuestra forma de comunicarnos y mejorar el mundo.

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