Louise Bourgeois escultora esencial del siglo XX es la nueva protagonista de la sección Escultoras Expressan.
La controvertida artista de origen francés Louise Bourgeois (1911-2010), ha hecho escultura, instalación, objetos y obra gráfica. Su producción artística ha estado marcada por el psicoanálisis, el feminismo y el erotismo. Una artista que, además de dominar la escultura clásica en mármol y bronce, fue de las primeras en utilizar materiales como el látex, el plástico y la felpa. Sus obras se encuentran en las mejores colecciones del mundo, tanto públicas como privadas, y ha recibido premios tan importantes como el Premio de la Fundación Wolf de las Artes de Jerusalén (2003) y la condecoración de la Legión de Honor del gobierno francés (2008).
Aunque su formación académica comenzó en el ámbito de las matemáticas, su gran pasión por la creación artística, la llevó a dejarlas y a estudiar en la Escuela de Bellas Artes y en otras instituciones privadas en Francia y en Estados Unidos. El talento de Louise Bourgeois sería durante mucho tiempo desconocido para la mayoría. A pesar de llevar trabajando como artista desde los años 40 en Nueva York, no fue hasta 1982, con la retrospectiva que le dedicó el MoMA, que llegó a un punto de inflexión.
Bourgeois, obtuvo la nacionalidad estadounidense y llegó a representar incluso a los Estados Unidos en la Bienal de Venecia de 1993. Sin embargo, se consideraba una mujer francesa en las costumbre y en la cultura. La producción de Bourgeois, influenciada por el expresionismo abstracto así como por el surrealismo, es autobiográfica y personal, marcada por una infancia que le causó una profunda herida emocional. Sus obras cargadas de simbolismo y sensualidad, hablan de la vulnerabilidad del ser humano, de la necesidad de la protección y el concepto del hogar, como entorno seguro pero que al mismo tiempo ofrece amenazas.
El pasado año el Museo Guggenheim de Bilbao volvió a dedicar una exposición a esta escultora de vanguardia albergando “Estructuras de la existencia. Celdas”. La exposición contaba con 28 espacios arquitectónicos llamados Celdas de las 62 que crearía la artista en toda su carrera. Bourgeois compone y coloca objetos encontrados, ropa, muebles o esculturas, como elementos cargados de emoción y sentido más allá del material. Las celdas son para ella símbolos de falta de libertad y angustia, al mismo tiempo que actúan como recipientes de su memoria, usadas para sumergirnos en su interior psicológico y mental.
Como en toda producción artística, con el paso del tiempo se va evolucionando y en relación a las celdas este hecho también se produce. La “Guarida articulada, 1986”, considerada como la primera de sus celdas, se diferencia de las demás por presentar dos puertas independientes, una de entrada y otra de salida. Dicha obra se compone de un espacio circular, definido por varios paneles de metal, en cuyo centro está situado un taburete negro. Todo ello, da lugar a un espacio de refugio y contemplación.
Los símbolos sexuales aparecen constantemente en su producción, destacables en el caso de las esculturas-pene, irónicamente denominadas “Fillette” (chiquilla), así como en la Celda “Arco de la Histeria,1993” expuesta en el CAAC Sevilla hace unos años. Contemplarla fue toda una experiencia, porque el espacio lleno de misterio te traslada a un estado de emociones y de inestabilidad. En ese espacio simbólico, la celda con la figura femenina con el arco del histerismo, trata del dolor psíquico y emotivo, el momento de tensión con dimensión sexual, entre dolor y placer. En la manta del lecho puede leerse Je t’aime, (te amo), que como un castigo escolar repetido, parece reafirmar su historia de desamparo.
La representación de lo femenino también está presente en su obra. La pieza con el título “Maman” es su pieza más famosa y conforma una serie de arañas de distintos tamaños y materiales. La escultura pública instalada en la explanada del Museo Guggenheim, junto a la Ría, es una pieza de bronce, acero inoxidable y mármol. La araña y la actividad de tejer se relacionan tradicionalmente con lo femenino, pero la artista en esta pieza hace también referencia al taller de tapices familiar y a su madre, figura protectora y amenazante al mismo tiempo.
Louise Bourgeois es una de las artistas más internacionales e influyentes de los siglos XX y XXI. Su producción, que se extiende durante más de cinco décadas, se ha caracterizado por una constante introspección y exploración del pasado y ha sabido dar un significado artístico a los miedos, fantasías y deseos de las mujeres. A lo largo de su trayectoria artística desarrolló conceptos e innovaciones formales, como son las instalaciones con carácter teatral, que se han convertido en cuestiones fundamentales del arte contemporáneo.
Podríamos analizar cada una de sus obras de diferentes perspectivas y siempre nos quedarían discursos o nuevos planteamientos por establecer, como ocurre cuando la obra de una artista está creada desde su interior. Todo su trabajo tiene carácter autobiográfico, entendiendo el arte como terapia y con efecto curativo. Louise Bourgeois es una artista difícil de clasificar incluso hoy, pero su escultura nos atrapa por esas formas anómalas y con lenguaje propio, haciéndola imprescindible en la sección Escultoras Expressan.
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