Mientras todos los Museos y equipamientos culturales están cerrados tras ser declarado el estado de alarma, la explosión de creatividad desde los hogares inunda los canales digitales para acompañarnos en estos días de confinamiento.
Después de un mes sin publicar he reflexionado mucho sobre si quería escribir un nuevo post durante esta situación tan extraña o esperar a que este paréntesis se cerrara. Nuestra rutina ha cambiado repentinamente en este confinamiento y también nuestras percepciones sobre lo que nos rodea. Sin embargo, seguimos creando de una u otra forma, porque expresarnos nos alivia. Y por ello quería compartir con vosotros este post diferente y dedicarlo a la cultura que cura, la cultura que acompaña.
¿Quién lo iba a pensar? El coronavirus ha interrumpido todos nuestros planes. Hemos cerrado las puertas de nuestros hogares, cada uno en un contexto socio-económico diferente, e intentamos sobrellevar esta situación de la mejor manera posible.
El tiempo que dedicábamos a unas actividades y a ser más productivos en nuestro día a día ya no es tan fácil llevarlo a cabo, cambiando por completo el orden de nuestras prioridades.
Incluso hemos podido aprovechar momentos para desconectarnos de la realidad que conocíamos y repensar nuestro plan de vida, en este caso dentro de nuestro hogar.
Desde los primeros momentos han sido muchos los que de inmediato han reaccionado ocupando ese tiempo disponible con otras actividades y hemos podido descubrir, por las redes y en la televisión, a improvisados grupos de música, memes, interpretaciones de canciones, piezas de arte o directos educacionales de todo tipo: cocina, yoga, idiomas, deporte, catas de vino, etc. Sin duda, un despliegue de creatividad.
Los canales de televisión también se han ido adaptando poco a poco a esta situación y muchos de sus programas se han actualizado aprovechando las nuevas tecnologías y las entrevistas en vídeo-llamadas.
Es irónico que el tele-trabajo, que hace que la interacción entre las personas sea menos cercana, haya humanizado a muchos personajes públicos. Personas del mundo de la cultura, estrellas de la música o del cine a las que he visto próximas, nada idealizadas, en un entorno más casero.
#laculturaentucasa es una iniciativa que pone en marcha el Ministerio de Cultura y Deporte abriendo los recursos culturales en internet, para ver museos, teatro o leer libros desde la biblioteca digital. Un recorrido virtual por las exposiciones de La Tabacalera o por el Museo del Prado, por ejemplo, para conocer recursos de archivo o patrimonio museográfico, una propuesta a la que se han unido también otros importantes museos internacionales que ofrecen alternativas similares.
Está claro que no todos los museos cuentan con la infraestructura suficiente para saltar al formato digital y acercarse al público, aunque sí es notable el aumento de la comunicación en redes sociales de muchos de ellos.
Pero no sólo hay iniciativas públicas, cada día aparece un abanico de nuevas propuestas culturales privadas y siempre con un alto contenido de solidaridad en estos momentos de aislamiento. Un contenido cultural que muestra el lado más generoso y que llena las redes de bullicio social.
En algunos casos, la creatividad generada ha llevado a un aumento de los seguidores y a alguna promoción puntual. Otros la proponen como una necesidad de mantener el contacto con su público o clientes, sin dejar esa oportunidad de buscar nuevas audiencias.
En EXPRESSAN aunque colgaba el cartel “Las novedades previstas están paralizados hasta nueva fecha”, he querido contribuir a ese acompañamiento virtual con publicaciones anteriores que relacionan arte con otras disciplinas, referencias de la plataforma que van más allá del ámbito expositivo.
Sea el caso que sea, el contenido cultural en estos momentos cubre una necesidad, incluso podría verlo como una primera necesidad, porque sobrepasan en muchos casos el entorno de ocio o entretenimiento. Una oportunidad para que muchas personas se acerquen virtualmente a una pinacoteca por primera vez, los que han descubierto nuevos libros o aquellos que sin planearlo han despertado un talento desconocido.
La cultura que es conocimiento también cura. En muchos casos cura el alma, acompaña la soledad, reanima cuando nos sentimos perdidos, cuando tenemos miedo y nos da esperanza en momentos de desaliento.
No podemos olvidar que la Cultura es cambio y siempre empieza por el servir, por el ofrecer algo.
Sin embargo, ya se escuchan algunos comentarios negativos sobre la gratuidad de los contenidos, devaluando el trabajo que hay detrás, y surgen preguntas de qué va a pasar luego, cuando volvamos a salir con normalidad: ¿Volverán a llenarse las salas de cine o los Museos? ¿Dejarán de comprarse libros en las librerías?
Claro que duele cuando menosprecian algo que es importante para uno, cuando no se entiende que la industria creativa va más allá de los grandes actos y de los aplausos. Igualmente es complejo en estos casos reflexionar sobre temas o problemas del sector cuando lo primero ahora está en la supervivencia del individuo y de la sociedad.
No hay precedentes y tampoco puede compararse con otras crisis económicas anteriores. Por lo ya planteado, la Administración dará su respuesta cuando volvamos a la normalidad y, no sé si será tarde o no, ya que la medida de sus tiempos es diferente a la de la sociedad. Aunque es indudable que debe haber cambios legislativos en el sector cultural para actualizar normativas y regularizar ciertas actividades comerciales por internet, instrumentar una digitalización en el sector, etc
Por ello, es el momento de unirnos para que no quede nadie atrás y repensar todo lo que significa el sector, incluso definiendo y poniendo en valor lo que es la Cultura.
En estos momentos hay que sumar, cada uno como crea conveniente, y si restas, aunque sea en ánimo o para excluir a otros, hay que tener la valentía de echarse a un lado.
Durante la elaboración de este post he recordado cuando iba de ruta para ver exposiciones o descubrir espacios culturales y todo lo que experimentaba con ello. Ese pensamiento de pasado, nostálgico, también me provoca dudas de si lo volveré a realizar con normalidad o cambiará algo después de ésto y ya no sentiré lo mismo.
Lo que sí he comprobado en esta situación es que cuando me seduce el recorrido virtual de una exposición o un Museo, ésto no suple el deseo de verlo en directo, sino todo lo contrario, hace que quiera visitarlo con mayor intensidad.
En mi opinión, hay que tener esperanza, ya que los tiempos buenos siempre son los que están por llegar. Cuando todo esto pase, hay mucho trabajo por hacer y siempre es mejor hacerlo unidos.
Me encantaría conocer tu opinión en los comentarios.
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Muy buena reflexión. No creo que esta situación vaya a suponer un cambio de paradigma, creo que como sociedad vamos a querer volver a lo que conocemos, pero también es cierto que se han abierto muchas posibilidades nuevas y buenas, aunque no todas, y que tendremos que adaptarnos a nuevas formas de disfrutar de la cultura.
Así es se han abierto nuevas formas de disfrutar de la cultura y habrá mucho que reflexionar entre todos. Gracias por compartir tu impresión.: )