El Centro de Arte Contemporáneo Andaluz (CAAC) acoge hasta el 9 de mayo, la exposición “Entre las formas que van hacia la sierpe y las formas que buscan el cristal”, comisariada por Joaquín Jesús Sánchez y Roxana Gazdzinski. Una muestra que reúne a doce proyectos del panorama actual andaluz, todos ellos creados para la exposición.
En este post vamos a realizar un recorrido por cada uno de los proyectos que la conforman, que van desde la fotografía y la pintura, hasta la instalación.
Álvaro Albaladejo · Ana Barriga · Pablo Capitán del Río · Álvaro Escalona · Valle Galera · Irene Infantes · Christian Lagata · Manuel M. Romero · José Manuel Martínez Bellido · Moreno & Grau · Mercedes Pimiento y Florencia Rojas.

El punto de partida de esta colectiva es “Vuelta de paseo”, el primer poema de Poeta en Nueva York de Federico García Lorca. Una composición de doce versos como el número de artistas elegidos, donde la ciudad, la naturaleza y la sociedad moderna van tejiendo conexiones entre ellos.
En su recorrido principal nos dan la bienvenida dos ejemplares de ese poema que le da título, recordando a la exposición “¿Qué sienten, qué piensan los artistas andaluces de ahora?”, ocasión en la que se tomaba su nombre de un poema de Rafael Alberti. El arte joven andaluz vuelve a embriagar el centro de arte para llenarlo de frescura y compartir sus formas de mirar el mundo.
Cada proyecto tiene la fuerza de mostrarse independiente en un lugar determinado, hasta el punto de que dos de ellos salen completamente del circuito principal del claustrón. Poner orden en esta exposición no es fácil y, sin entrar en detalle en la conexión existente de cada trabajo con el poema base o cómo han sido distribuidos, si hay algo que resaltar es que el espacio expositivo no queda en un segundo plano. Lo que transmiten muchos de los trabajos mostrados no se pueden desvincular de éste.
Tal es el caso del proyecto de Pablo Capitán del Río (Granada, 1982), que explora las formas del hierro como un material de ciudad, donde las referencias simbólicas de las obras dialogan con los antiguos hornos de la fábrica de cerámica de la Cartuja: el calor de la estufa o las bengalas.

En la instalación de Christian Lagata (Jerez de la Frontera, 1986), titulada “Gran serpiente pequeña serpiente, presa. 2020” las cualidades de los materiales y la composición en el espacio nos hablan de ciudad, con referencias a la escala humana y a la arquitectura doméstica. Tenía muchas ganas de conocer de cerca las piezas en hormigón y ya están registradas en la sección Hormigón-Arte.

El trabajo de Irene Infantes (Sevilla, 1989) explora la naturaleza de los materiales, en su caso, textiles y el sentido que estos cobran tras su transformación y ubicación en un nuevo contexto. En la propuesta “El equilibrio del arropo I y II, 2020” piezas de gran formato se centran en los usos más ordinarios que se le ha dado a la lana y nos sugiere escuchar las historias que hay tras cada objeto.

Más que trabajar con lo material, el proyecto de Mercedes Pimiento (Sevilla, 1990), “Como un monumento al colapso, 2020”, explora la arquitectura del lugar y la conexión entre interior y exterior. Las piezas huecas, resultantes de procesos de reproducción a partir de un capitel original del centro de arte, se colocan siguiendo una línea ficticia. Un orden establecido con apariencia azarosa.

El proyecto de Valle Galera (Jaén, 1980), “Dejaré crecer mis cabellos, 2020”, ubicado en la capilla de San Bruno, conecta con la historia del lugar y la relación con el poema. Una imagen que envía Lorca a José Bergamín como punto de partida para reflexionar sobre la imagen y la violencia. La larga trenza que cuelga del techo materializa el tiempo transcurrido, casi nos invita a trepar por ella y escapar.
En el caso de Álvaro Escalona (Ronda, 1985), éste llena la Capilla de Afuera de sonidos grabados en los puentes neoyorquino. La instalación sonora titulada “Autorretrato, 2020” se encuentra fuera del circuito principal y su concepto de puente nos remite al verso que da título a la exposición, entre un lugar y otro, un lugar de transición o de espera.
No cabe duda de que si hay algún trabajo que finaliza cuando se cierre la exposición es “Junto a ti, 2020” de Ana Barriga (Jerez de la Frontera, 1984). Una pieza efímera donde a través de colores y narraciones gráficas interpreta cada verso del poema.

Para el proyecto “Dinámica de la descomposición, 2020” de Álvaro Albaladejo (Granada, 1983), el techo del espacio se convierte en soporte. Una obra inspirada en las formas ornamentales que conforman las rejas y que ha sido impregnada con una sustancia que favorece la cristalización. Una forma que evolucionará a medida que transcurra la muestra, una forma que va hacia la sierpe.

La mirada del espectador dentro del espacio también es importante en el proyecto de Manuel M. Romero (Sevilla, 1993). Nos muestra dos piezas de gran formato, una en blanco y otra en negro, como si nos diera a elegir entre dos elementos contrapuestos, La sierpe y el cristal. Sin embargo, a medida que te vas acercando vas descubriendo matices y elementos que las rodean.

El proyecto de José Manuel Martínez Bellido (Cádiz, 1992), titulado “Flora, 2020”, indaga en el proceso de la fotografía. Los tres grupos de imágenes sugieren retículas microscópicas o radiografías de organismos en movimiento. Un trabajo bajo un concepto diferente de la imagen, aquello que parece y no lo es.

El cambio de percepción también lo podemos encontrar en el proyecto de Alba Moreno (Málaga, 1985) y Eva Grau (Málaga, 1989) bajo la firma Moreno & Grau. El trabajo, titulado “La Piel contra La Roca, 2020”, se compone de un conjunto de fotografías y diferentes objetos que recogen la transformación con el paso del tiempo cuando el hielo se deshace en el calor de la mano. Al hilo de las referencias del poema y con una mirada más profunda nos propone una reflexión sobre el cambio climático.

Y para terminar llegamos al proyecto de Florencia Rojas (Córdoba, Argentina 1984), “Les mauvaises terres à traverser, 2020” . Un trabajo que, siguiendo con la temática de la conexión entre la naturaleza y la historia del lugar, nos sugiere un paisaje espiritual y metafórico del desierto y el paisaje que habitaron a orillas del río Guadalquivir la Orden de los Cartujos. A través de una selección de fotografías recupera los perfiles de plantas que sobreviven a las duras condiciones en el desierto de Tabernas (Almería) y las acompaña de cuencos de agua como si quisiera aliviar su sufrimiento.

La magia de una exposición de este tipo, con diversidad de disciplinas y lenguajes artísticos, está en el hecho de que lo percibido por los sentidos se ordena en la mente de forma diferente dependiendo de cada persona. El título de la exposición sugiere colocar al espectador en el centro. Sin embargo, han faltado indicaciones para que el usuario encuentre los proyectos que están fuera del circuito principal o disponer de elementos que promuevan la interacción y la comprensión de cada proyecto.
No cabe duda de que te gustará más un artista u otro según tus preferencias o que haya cuestiones que requieran de una mayor profundidad para identificar su significado. En cualquier caso, podemos disfrutar de la exposición a través de las sensaciones que nos provocan cada uno de los proyectos o indagando en todo el conocimiento que nos aportan, dos formas diferentes de conectar con el arte contemporáneo, no excluyentes.
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