“Aquello que no se conoce no existe, y en consecuencia, ni se valora, ni se respeta ni se conserva. El mayor riesgo del patrimonio español no es la limitada capacidad económica para la conservación, sino el desconocimiento”.
Hace algunos meses la revista CERCHA (Revista de la Arquitectura Técnica), publicó una entrevista al aparejador sevillano José María Cabeza, con motivo de su Premio Nacional de Restauración y Conservación de Bienes Culturales 2.014, el máximo galardón en este campo que se concede en nuestro país.
Un hombre con una larga trayectoria profesional dedicada a restaurar y conservar nuestro patrimonio cultural, que aunque alcanzada su jubilación, comparte su conocimiento y su experiencia a las nuevas generaciones de profesionales y eso sin duda es un gran privilegio.
Su ejercicio ha estalo ligado esencialmente a la dirección del Real Alcázar de Sevilla, a la que ha estado unido durante 18 años, pero durante su trayectoria ha intervenido en más de 350 obras de restauración, rehabilitación y mantenimiento de edificios, entre las que cabe destacar: Torre de don Fadrique, el casino de la Exposición, las murallas de la Macarena, el monasterio de San Jerónimo, hospital de las Cinco Llagas, casa de las Columnas, palacio de San Telmo, monasterio de Santa Inés, la Giralda y la Catedral, la Casa de la Moneda y la Torre de la Plata, mercado de la Feria, iglesia de la Magdalena, pabellón de Méjico, el monasterio de la Rábida, las ruinas de Baelo Claudia (Tarifa), el teatro de Itálica, necrópolis romana en Carmona, iglesia prioral del Puerto de Santa María y la Universidad de Baeza entre otros muchos.
Tiene publicado más de un centenar de artículos y colaboraciones como;
- El recinto de la Exposición Iberoamericana. Área urbanizable, pabellones y su conservación. Actas del encuentro: Andalucía y América en el siglo XX. Instituto de Estudios Hispanoamericanos. Sevilla 1986.
- Guía urbana de Sevilla para minusválidos del aparato locomotor. COAAT de Sevilla y Consejería de Asuntos Sociales de la Junta de Andalucía. 1991.
- Mantenimiento del Real Alcázar. Actas de la III Convención Técnica y Tecnológica de Arquitectura Técnica. Consejo General de la Arquitectura Técnica de España. Sevilla 2003.
- Adaptación funcional de las viviendas y edificios públicos para atender a las demandas de la población mayor. Jornadas sobre viviendas y personas mayores. Defensor del Pueblo Andaluz. Sevilla 2004.
- Real Alcázar de Sevilla. Espacio para el conocimiento. Fundación El Legado Andalusí. Granada. 2006.
Ha escrito doce libros como autor o coautor, entre los que se encuentran: “La Exposición Iberoamericana y los Aparejadores”, “Restauración de Monumentos I”, “Tvrris Fortissima. Documentos sobre la construcción, acrecentamiento y restauración de la Giralda”, “Concreciones sobre rehabilitación de edificios”, “Palabra exaltada” y “Real Alcázar de Sevilla: 1990 – 2008”.
Ha participado en cerca de doscientos cursos y jornadas sobre restauración, rehabilitación o mantenimiento de edificios, dando numerosas conferencias por todo el Estado español, Portugal y Marruecos y ha sido profesor colaborador de la Universidad de Sevilla impartiendo clases en la E.T.S. de Ingeniería de la Edificación y en la Facultad de Historia.
Aboga porque el modelo de conservación del patrimonio español, “demasiado paternalista”, mire al anglosajón, más dependiente de la iniciativa privada. “Tenemos que aprender de este sistema en el que contribuyen todos en la sociedad. Y no sólo con dinero, el patrimonio también se conserva con formación y divulgación”.
También considera que “la rehabilitación y el mantenimiento de edificios, es un motor en la economía local, bien arraigados a la ciudad, gracias a su capacidad de dinamización de lo que se conoce como actividad de proximidad”, un sector equilibrado muy lejos de la acción especulativa con la que la obra nueva es tan vulnerable.
Excepcional profesional que siempre que tenemos el lujo de escucharlo nos abre la mente, nos enseña, facilita la comprensión de la situación actual en la que se encuentra el rico patrimonio sevillano, con una perspectiva de mejora para que las generaciones futuras puedan disfrutar del testimonio histórico pasado, que sin poderlo retener es nuestro hoy.
Cada edificio es único, tiene su historia, su testimonio, la sucesión de actuaciones que han quedado y otras que han sido sustituidas, otras mejoradas y en otros casos alteraciones que restan valor.
Pero voy un poco más allá, no sólo un edificio, sino ese espacio entre edificios, los lugares que conforman tu ciudad, tu barrio, elementos que sirven de conexión, todos ellos tienen sus razones intangibles, esos para qué se hicieron y por qué de esa forma y no de otra. Debemos conocer el valor de nuestro patrimonio, escuchar esas razones para entenderlo, respetarlo y sobre todo amarlo, como parte de nuestra identidad.
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