
En el mundo actual estamos acostumbrados a un constante acceso a imágenes: desde la publicidad hasta las fotos privadas, desde los libros hasta la televisión o las redes sociales. Así que posiblemente, y sin saberlo, ya contamos con un alfabeto fotográfico.
En el mundo actual estamos acostumbrados a un constante acceso a imágenes: desde la publicidad hasta las fotos privadas, desde los libros hasta la televisión o las redes sociales. Así que posiblemente, y sin saberlo, ya contamos con un alfabeto fotográfico.
Para tratar el tema de la imagen como concepto, más allá de lo que representa o la técnica empleada, os traigo este Post Invitado, donde la artista Raquel Serrano Tafalla (Huelva, 1995) habla en primera persona.
Su trabajo se desarrolla con una base de investigación sobre la estructura de la imagen fotográfica, así como, la reproducción en diferentes soportes que van evolucionando en cada proyecto.
Raquel Serrano fue seleccionada para participar en la 3ª edición del programa “A Secas. Artistas andaluces de ahora” del CAAC y el pasado mes de enero conocía un poco mejor su trabajo, que no pasa desapercibido, a través de la exposición “sin párpados“, en MAL . Este Post Invitado llega justo antes de la inauguración de “i.jpg”, su primera individual en Di Art Gallery (Sevilla). Un extraordinario comienzo de año al que estoy segura se le sumarán otros muchos proyectos.
Es un placer presentaros este Post Invitado de la artista plástica Raquel Serrano, en el cual nos hablará sobre la experimentación en la gráfica contemporánea que desarrolla en su trabajo.

El descubrimiento de la fotografía en el año 1839 desencadenó un modo de reproducir las imágenes que desafió las formas tradicionales de las artes plásticas. Muchos creadores comenzaron a usar fotografías para abocetar las piezas, destruyéndolas al finalizar. Con la llegada del impresionismo los artistas reconocen la influencia en sus pinturas, emergiendo la denominada “mirada fotográfica”, que aportó una nueva forma de contemplar y representar. Como cita Coronado en su texto sobre fotografía e impresionismo “La mirada fotográfica se prolonga más acá y más allá de los límites de visión permitidos al ojo del pintor” (Coronado, 1998, p. 310)
Durante la primera mitad del siglo XX, en el contexto de las denominadas vanguardias históricas, surge la conexión de la fotografía con las artes plásticas ocasionando la concepción de una nueva fotografía en la que se puso de manifiesto la simbiosis de lo verbal y lo visual. Una época marcada por un tipo de innovación que produjo el cambio de recursos expresivos al romper con la condición mimética, dejando de ser el espejo del mundo para crear otras realidades independientes.
Lejos de poner cuidado en que la imagen resultante fuera armónica o el anti-artista, que conscientemente obligaba al espectador a descubrir cosas antes ocultas a la mirada convencional. Las prácticas de los artistas experimentales se dirigieron también hacia la distorsión, guiándose por la sorpresa y el azar. Se trataba de recuperar la magia original de la obra y la inmediatez que había perdido. Muchas de las manifestaciones artísticas transitaron por los límites posibles del “arte”.
Ante la pregunta de hasta dónde se podría llegar y cuáles podrían ser los alcances de lo referido, Mª José Mulet y Miguel Seguí concluyen en la importancia de que la fotografía al fin se desvincule del concepto de reflejo para evolucionar en su producción autónoma (Mulet y Seguí, 1993). Toda suerte de daños, tachaduras y desgarraduras son factores que abundarían en la misma dirección abandonando o destruyendo deliberadamente la referencia al sujeto u objeto (Aumont, 1992).

La estrategia que siguieron los artistas para desarrollar sus errores se basaba en dejar actuar la serendipia para descubrir nuevas realidades. En mis obras analizo las posibilidades de representación de la imagen fotográfica. Al carecer de intención descriptiva, las imágenes están borrosas, fragmentadas y descoloridas: “La imagen deja de actuar como representación de un determinado referente para transformarse en un objeto en sí misma, en el emblema manifiesto de una realidad definitivamente borrada” (Lupión, 2008, p. 317).
Clasificando las imágenes en materiales e inteligibles, partió la idea de formular la imagen en ambos sentidos, aportando protagonismo a lo inteligible, donde surge la complejidad que contiene el concepto de imagen.

Una imagen es más que un producto de percepción. Los actos fallidos y los errores de lectura tienen la capacidad de revelar el inconsciente. En “Psychopatbologie de la vie quotidiane”, Sygmund Freud escribe acerca de los errores de lectura. “En la mayoría de los casos es el deseo secreto del lector lo que deforma el texto, en el que introduce lo que le interesa y preocupa” (Freud, 2003, p. 58). Y es por esto que algunos artistas transforman algunas manchas en planetas o en rostros. Su deseo secreto deforma la imagen, o más bien la conforma, ya que le da una apariencia concreta a aquello que no la tenía.
Uno de los principales elementos que conforman algunas de mis piezas es el azar. Un factor que abre paso a la incertidumbre y se hace visible en muchos de los materiales con los que he trabajado. La plastilina es uno de ellos, que deformará la imagen con el paso del tiempo creando una obra efímera y también, el hormigón, un material poroso en el que la imagen queda deformada aleatoriamente al ser serigrafiada sobre él.

Refiriéndonos al azar, podemos decir que el término nació del concepto de ignorancia, esto es, de la falta de información. Sin embargo, se podría definir de manera formal como un fenómeno aleatorio. Este fenómeno no permite contener un algoritmo conocido.
El azar muestra dos comportamientos diferentes, existe un azar corrosivo, disciplinado por la esencia del cambio y otro, creador disciplinado por la espontaneidad. Y en ambas facetas del término azar me baso como elementos de interés para la creación artística.
A la hora de abordar un proyecto artístico la investigación conceptual y práctica son fundamentales durante todo el proceso, nutriéndose entre ellas. Tiendo a dejarme llevar por aquello que está emergiendo, jugando con imágenes impresas que, a través de distintas técnicas gráficas como el grabado, la serigrafía o el dibujo me llevan a reflexionar sobre conceptos relacionados con la imagen y su reproducción.

El artista por tanto es un alterador de probabilidades. Un seleccionador de procesos, en los que los automatismos, los errores u objetos encontrados les sirven para crear y comunicarse con el mundo que nos rodea.
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Ha sido un placer colaborar en este magnífico espacio para el arte. Muchísimas gracias Sandra por dejar que muestre mi trabajo. Enhorabuena!
Gracias a tí por aceptar este reto de escribir en primera persona sobre tu proyecto. Es todo un lujo tenerte como parte de la plataforma. Felicidades por todo el trabajo.